martes, 26 de enero de 2010

en la mesa

- hola, sabes hoy me han dejado sola, de nuevo – cargando ese “de nuevo” – y como no quiero comer sola, quería saber si puedo venir a acompañarte, porque supongo que estas solo –

- si, ehmmm, si estoy solo y si puedes acompañarme –

Ella, muy sensual, se da vuelta y le hace una seña al mozo, el cual va a su mesa y recoge las cosas de ella y la trae a la mía, nuestra ahora.

Ella se sienta lentamente, con su vista fija en mí. Reconozco que ahora sus ojos negros me incomodan más. Un mechón de pelo cae sobre su rostro y con la ligereza de una pluma su mano acomoda su pelo, su pelo negro azabache, su pelo negro y largo, su pelo que brilla bajo las luces del lugar.

- me llamo xxxxx – me comenta, adivinando lo que estaba preguntándome – y tu?

- Xxxxxxxx – le digo yo, aun nervioso, por toda esta situación, y sin querer se me sale la cursilería mas grande del mundo – Que lindo nombre tienes – Pffff que cagada.

- Gracias, el tuyo también es lindo – y me cierra un ojo.

Mi mente piensa si es guiño fue alguna indicación de lo que vendría o simplemente el humo del cigarro le molesto en su bello ojo negro izquierdo.

Su rostro blanco como marfil, contrastaba con sus ojos, con su pequeña y fina nariz, tenia unos labios exquisitos, de esos que invitan a besar.

- pediste algo ya – me pregunta

- ehhh hace como tres horas – digo tratando de hacerme el graciosito, sabiendo que eso nunca me resulta.

Nuevamente le hace la seña al mozo y este se acerca.

- me podrías traer algo para beber, o sea, traernos algo para beber – le dice ella

El mozo me mira y me pregunta que deseo para tomar. Yo un caballero total pido una cerveza Corona (después pensé que este pedido no tenia nada de caballero). Ella pide el aperitivo de siempre. De siempre me pregunto, entonces es asidua cliente de este local, pienso.

- veo que eres callado – me dice, clavándome sus ojos.

- Un poco – con este desplante coloquial no llegare a ningún lado, si es que hay algún lado donde llegar, y se me ocurre la pregunta mas estupida que podría hacer en un momento así – Estas sola? – de inmediato quise agarrar uno de los cuchillos que tenia a mi derecha y rebanarme el cuello.

- Si – me dice sin demostrar algún sentimiento contra la pregunta que le hice – o sea, estaba esperando a alguien, pero ya no vino, y como te vi solo, pensé para que desperdiciar nuestro tiempo separados si podemos comer juntos –

Comer juntos, no, no fue mi imaginación, pero ese comer juntos fue demasiado sugerente. Dios espero que no haya sido mi imaginación que siempre que estoy conversando con una mujer, me dice “ella quiere contigo, se le nota”.

- si, para que desperdiciar el tiempo – dije, solo deseaba que llegara luego la cerveza para poder remojar mi boca que a esta altura no secretaba saliva. – que pediste de comer?.

- Lasaña –

- Lo mismo pedí yo –

- Veo que tenemos algunos gustos similares – y nuevamente me cierra el ojo.

Esta vez no había cigarro, y obviamente un tic nervioso no tenía. Llega el mozo con los tragos, mi cerveza y el trago de ella de un color violáceo, y notoriamente viscoso.

- Salud xxxxxxxx – me dice

- Salud – le respondo, mas por protocolo.

Ella toma su vaso y se lo toma de un solo trago. Le hace señas al mozo y le indica con su mano que le traiga otro.

- xxxxxxxx sabes, hace rato que te estaba observando –

- bah no me di cuenta – me hago el loco con este tema

- si te diste cuenta y vi como me mirabas – saco de su bolso otro cigarro, lo tiene entre sus dedos, mientras busca el encendedor, lo enciende y jugando con el cigarro y el encendedor me dice……

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