miércoles, 17 de febrero de 2010

el cambio

- Me siento mal creo que necesito otro trago, espera aquí, no te vayas a mover –

- Mi flujo sanguíneo está concentrado en una sola parte y no son las piernas – uff comentario de salón, de esos que te arrepientes cuando terminas de decirlo, aquí acabo todo. Solo me miro, se sonrió y dijo

- Tontito, no dejes que se te vaya la sangre entonces-

Suspire aliviado, realmente hoy sería el día, por fin, después de tanto tiempo en cuarentena. Mientras iba por los tragos, fui directamente al baño, a mojarme un poco la cara y a conversar con mi interior, que es la típica conversada de espejo, esa que te hace reaccionar cuando estás en estado nonaction.

Rápidamente volví al lugar que me correspondía, en eso apareció ella, y para sorpresa mía, no traía vasos en sus manos, traía una bolsita de género rojo, con algo pesado en su interior, se quedo un rato en el dintel de la puerta mirándome, como diciendo “aquí te las traigo peter”, empezó a caminar hacia mi lentamente, riendo. No les miento, pero sentí un poco de miedo, que mierda querría.

Una vez que llega a mi lado, se sienta encima mío, y me dice…

- Adivina que es lo que tengo aquí?-

- Hipoglos?? – pfff que talla

- Nopes – mete la mano y saca una juego de esposas relucientes.- Juguemos a que te habías portado mal y yo te encarcelaba y luego,…. Tú sabes…

No me iba a negar, aunque quizás si debía hacerlo. Como no opuse ninguna resistencia, me agarro una mano, me puso la esposa y la ato a una de las patas de la cama, luego repitió lo mismo para mi otra mano y luego siguió con mis pies. A esta altura ya no podía disimular mi excitación, aunque por lo visto ella no le daba importancia.

Se me acerco a la cara y me empezó a lamer, los ojos, la nariz, los labios, la pera, la frente, las orejas, todo un tiritón me recorrió mi cuerpo. Luego siguió por mi cuello, pecho, estomago, uyy, falta poco decía para mi, de ahí se devolvió al pecho, al cuello, a mi cara nuevamente, que paso??? Nuevamente volvió a mi pecho, al estomago (sigue, sigue, sigue), ahora si siguió, tomo entre sus manos mi, en ese momento, excitadísimo miembro, y comenzó a frotarlo y presionarlo. Presionaba cada vez un poco más fuerte, yo excitado a rabiar, no notaba nada, como ella veía que no reclamaba, comenzó a presionar mas y mas fuerte, cuando ya pase de la excitación a un poco de malestar, ella con una sonrisa de oreja a oreja, siguió apretando y mas y mas, uy que dolor, ya no estaba cómodo, me sentía pésimo, pero cuando note que su rostro, es mas sus labios se acercaban cada vez más, trate de hacer caso omiso, pensando que quizás era media salvaje y tenía que dármelas de resistron no más. Cuando ya está a punto de hacer contacto, me mira y me dice…

- Que ya no me recuerdas – y presiona con más fuerza que antes….

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