martes, 16 de febrero de 2010

La velada

- Salud por el presente y por una velada que no olvidaras- otro guiño de ojo

- Salud – le digo – Salud –otra vez le digo – que sea una very nice night – obviamente el primer trago ya me había hecho soltar un poco más la lengua.

- Yeah, una muy buena noche que sea – y chocando mi vaso, empieza a tomar su trago.

Yo obviamente después de una segunda vuelta de tragos, la tercera viene más fácil. Con el paso del tiempo, la conversación se hizo más fluida, mas risueña, todo parecía como sacado de una comedia, decía algo y se reía, pero no RISA, sino que una coqueta mueca de su coqueta boca.

Yo ya un poco mas mareado que al principio, pero sin perder la razón, solo esperaba el momento para poder acercarme lo más posible y entrar ya en un terreno más intimo.

Pero cuál sería mi sorpresa, ella seguramente pensaba lo mismo, ya que se me acerco y con sus manos tomo mi cabeza, arremolino mi pelo y mirando fijamente a mis ojos me dijo…

- Te quiero llevar a mi cama, pero quiero que me prometas algo –

- Lo que sea- en ese momento era capaz de prometer realmente lo que fuera.

- Cuando amanezca quiero que olvides todo lo que te ha pasado hoy, que me olvides a mí, donde vivo, todo lo que pasara esta noche.

- Pero – no sabía que decir –

- Promételo – me dijo casi en un estado de histeria

- Ok, será difícil pero juro que lo hare – realmente lo haría?

Ella se levanto me tomo dócilmente de la mano, y como quien guía a un cabro chico me llevo por el pasillo hacia la ultima puerta, la abrió y entramos a su pieza, aun su mano fría tiene agarrada la mía, su mano fría, porque estaba su mano fría, me extraño este pequeño detalle y ya le iba a preguntar, cuando con una rapidez inusitada me empuja y me tira de espaldas en la cama. Me incorporo rápidamente, quedándome sentado en la orilla de su tremenda cama y me quedo mirándola, y comienzo a pensar, que diablos estoy haciendo acá. Quizás puse mi mejor cara de nervios, ya que ella se me acerca nuevamente, y me toma con sus manos gélidas mi cara, y me dice, o más bien me pregunta

- Nerviosito?-

- No – le digo, después lo pienso mejor – si un poco

- Bueno, no lo estés, ten la seguridad que nada malo te pasara, solo cosas buenas.

Se alejo de mí,

- Esto es para ti –

Comienza a moverse lentamente, al ritmo de una música invisible, contoneándose de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Toma su pelo, agarra su cabeza (pensé que se la iba a sacar) y empieza a juguetear con sus manos en su cuerpo.

Yo solo atinaba a mirar, pero a los mil grados que hervía mi sangre me estaban poniendo medio excitado.

Ella seguía moviéndose, con su música invisible, y de repente empezó, lentamente a sacarse la polera, dejando al descubierto la cadera, y que cadera, poco a poco, hacia arriba, eso sigue así, pensaba en mi interior, una vez quitada la polera, se me acerca, se sienta encima, y comienza a restregar su pecho en mi rostro, toma mi manos y las pasa por su espalda, por su delicada y finísima espalda. Luego se desembaraza de mí, y nuevamente enfrente mío sigue con su baile y con su música invisible. Ahora sus manos van a su cintura y lentamente, sensualmente, comienza a quitarse los pantalones (más bien el buzo), dejando en claro que la mitad de arriba de su cuerpo no tenía nada que envidiar a la mitad de abajo.

Nuevamente se me acerca, me levanta, y comienza a sacar mi ropa, muy lentamente, a esta altura ya se podía cocinar lo que fuera en mi cuerpo, el calor interior era insoportable, ya no atinaba a nada, solo me dejaba llevar. Y realmente era difícil hacer algo, ya que la circulación de mi sangre no llegaba ya a mis pies.

Una vez semidesnudo nuevamente me arroja sobre la cama, se lanza encima agarra nuevamente mi rostro y acerca su boca a mi oreja, saca su lengua y me la pasa por el lóbulo, y con una voz casi imperceptible me dice….

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