jueves, 4 de febrero de 2010

el departamento

- no tengas miedo, no estoy aquí para sacarme un empacho, no estoy para probar nuevas sensaciones, aunque quizás puedas ser una sorpresa absoluta, o no? –

Nuevamente me mira con esos ojos, pero su mirada es distinta, ya no es dulce, ahora es mas oscura, de hecho me dio un poco de miedo.

Sin que lo note estiro mi mano hacia la puerta y trato de subir el pestillo de la puerta, pero sin éxito. Realmente estaba encerrado a merced de xxxxx, mi mente empezó a crear un escenario siniestro total, me dio esa maldita comezón en la nuca, como cuando me enfrento a partes oscuras, seria ella la “reina de la oscuridad”, este pensamiento me hizo esbozar una ligera sonrisa.

Fue como esa vez que termine de leer unos comics que me habían prestado. Quede tan alucinado con la historia, que juraba que mi vecina era oscura y no solo de tez, sino que la rodeaba un halo de oscuridad. La odiaba, por que ella y no yo podía tener ese halo, eso que hace que los demás te tengan miedo, en ese tiempo, me hubiese encantado que el mundo me temiese, que me miraran y se apartaran de mi lado, que respetaran mi paso. Jajajaja, pero al final solo era un mocoso, bueno no tan mocoso… Ahora que lo pienso era un pensamiento bastante estúpido, que no me hubiese servido para los tiempos de ahora.

Xxxxx capto mi sonrisa.

- de que te sonríes? Supongo no será de mi?

- No – le digo yo – solo tuve un recuerdo de mi infancia –

- Y, se puede saber cual fue ese recuerdo –

Le explique lo que estaba pensando, obviamente omitiendo que mi mente seriamente estaba pensando que ella era la reina oscura, creo que hubiese roto el momento.

- Ok – me dice ella – sabes, no quiero ir a ninguna parte, te invito a mi departamento a tomarnos unos tragos –

- Hasta que nos floten los ojos? – pregunto, ella me mira interrogante – es lo que digo cuando quiero tomar hasta perder la conciencia –

- Ahh, jaja, pero no quiero que la pierdas, perdería todo el encanto del momento que viene –

Eso fue un disparo directo a mi rostro, ella buscaba solo placer. O quizás, no buscaba eso, quizás buscaba a algún iluso para hacerle quizás que cosa. Nuevamente mi mente traspapelo todo el momento, el miedo, el cual había perdido un minuto atrás, se volvió a instalar dentro de mi. Hizo andar su camioneta, nada que decir.

Manejo en un aparente estado de sobriedad. No pasaba los 80 kilómetros por hora. Toda una dama para conducir.

Después de un recorrido de mas o menos 20 minutos, llegamos a su departamento. Departamento, por favor, era una mansión (guardando las proporciones) comparado al antro donde yo vivía. Abrió el portón eléctrico, y bajamos a estacionar la camioneta. Luego nos subimos al ascensor y ella marco el piso 13. Numero de mala suerte, esperemos que en este caso no lo sea. Nos bajamos del ascensor y nos dirigimos a su departamento, 1366 era el numero. Me di cuenta que la puerta no tenia cerradura convencional, tenia una lectora de tarjeta, que sofisticado, nunca había tenido “relaciones” a tan alto nivel, nuevamente este pensamiento me hizo distender y definitivamente erradique el pensamiento de la reina oscura y todo, eso. Supongo no me haría nada estando en su departamento, bueno su supuesto departamento. Y si no era de ella, si había alguien esperando dentro?. No, maldita mente, te prohíbo que pienses esas tonteras. Saco su tarjeta de su cartera, pero antes de abrir la puerta me dice…

- Espero no te arrepientas en este momento –

- Como se te ocurre – le digo sin estar total mente convencido de querer arrepentirme.

Entramos, el departamento era tremendo (literalmente hablando), como los departamentos del complejo coraceros en 15 norte en Viña.

- Ponte cómodo, pon música, sirve tragos, mientras me iré a poner mas cómoda – me guiño un ojo

- Ok – balbucee, a esta altura mis nervios me estaban devorando.

Me saque la chaqueta y la puse sobre un sillón blanco, un tremendo sillón blanco, camine mirando para todos lados, para acostumbrarme a la idea de que SI debía estar ahí y no en otro lado. Me dirigí al mueble donde estaba el equipo, busque algo de música, revise todos sus discos compactos, y me extraño no conocer casi ninguno de los artistas que existían en esta colección, así que casi al azar tome un disco de Claude Big Rolling Band o algo así, y lo puse, Jazz en vivo, que buena idea.

Fui al Bar, saque una botella de Ron, coca cola, hielo, y me hice el primer combinado de ron-cola, el cual me lo tome en dos segundos. Calmando pasiones.

Apareció ella, venia con ropa definitivamente más cómoda, jaja y yo que pensé que, al igual que en las películas, aparecería con camisón transparente. Se me acerca se sirve un trago, me invita a sentarnos al sillón, al tremendo sillón blanco, me estira su vaso y me dice….

No hay comentarios:

Publicar un comentario