miércoles, 7 de abril de 2010

la grabación

No, la idea que cruzo por mi mente era repugnante, así que decido que lo mejor será dejarla en su departamento. Ya he perdido mucho tiempo estando acá. Me acerco sigilosamente a la puerta de entrada del departamento. Y veo para ambos lados, no andaba nadie. Voy a buscar a la vieja y me la hecho encima, no sin antes ponerle una bata para tapar su torso desnudo. Nuevamente me acerco cuidadosamente a la puerta, la abro despacio y miro nuevamente para ambos lados. Todavía no se ve nadie, agudizo el oído para escuchar si algo o alguien se acerca, nada, solo mi respiración entrecortada por cargar a la vieja. Abro un poco más la puerta y me voy directamente al departamento de la señora, pero hay algo que no se me ocurrió pensar, la puerta del departamento de la señora, estaría abierta, sino era así, entonces estaría en un serio aprieto, ya que no tenia como abrirla. Camino un poco más y mala suerte, la puerta estaba cerrada. Maldición, de vuelta al departamento, tenía que buscar la tarjeta de entrada en la ropa que quedo toda desperdigada por la habitación. Entro al departamento y dejo a la vieja encima del blanco sillón, que ahora definitivamente no era blanco. Voy a la pieza y busco en la ropa de la vieja hasta que encuentro la tarjeta. Nuevamente tengo que cargarla, uff ya no estoy para hacer trabajo tan pesado. Me acerco a la puerta y reviso a lo largo del pasillo que no se aproxime nadie. Camino en dirección al departamento, cuando estoy a unos cuantos pasos, suena el maldito timbre del ascensor, alguien bajaría en ese momento, en ese piso. Y se encontraría con un extraño cargando el cuerpo de una anciana. Pierdo un segundo pensando que hacer, si me devuelvo o sigo avanzando y trato de entrar al otro departamento. Casi sin tiempo de hacer nada sigo caminando, me acerco a la puerta, justo en el momento en que la luz del ascensor indica que las puertas se abrirán. Paso la tarjeta por el lector y, no puede ser, luz roja, la puerta no se abre, la luz del ascensor empieza a titilar, indicando que definitivamente las puertas se abrirán. Paso nuevamente la tarjeta y nuevamente lo mismo, maldita luz roja, me impide la entrada. Empiezo a sudar helado, paso y paso la tarjeta y luz roja, luz roja. Escucho el clic de las puertas del ascensor que comienzan a abrirse. Aun sigue la maldita luz roja, me doy media vuelta entregado a lo que sea. Las puertas aun continúan abriéndose, finalmente se abren completamente y… nadie estaba dentro del ascensor.

Comienzo a respirar mas tranquilamente, cuando el ascensor de al lado comienza a emitir los bips de que luego abrirá sus puertas.

Inmediatamente me doy media vuelta y paso la tarjeta, y, por fin luz verde, entro y cierro rápidamente la puerta, no me doy tiempo a ver si realmente alguien bajo del ascensor. En este momento lo único que importa es que deje a la señora de lado, ya que estoy agotadísimo, me duelen las piernas, el pecho, me duele todo.

Voy directamente al dormitorio para dejar a la veterana, y, definitivamente este día estará muy movido.

En la cama esta, creo, el esposo de la veterana conectado a un tubo tremendo de oxigeno. Al momento mi cara se ilumino y mi mente me mostro una foto del viejo moribundo envuelto en sangre teniendo sexo con su señora (creo) difunta. Dejo a la vieja encima de la cama, el viejo solo mueve los ojos. Por lo visto todo lo que se viene ahora será una tarea muy sencilla…..

Acerco mi rostro a la cara del viejo, me queda mirando fijamente, me quiere decir que no le haga nada, obviamente no emite sonido alguno, son sus ojos los que me hablan, me sonrío y le digo

- Lo siento anciano, pero llego el momento de que pidas tu último deseo-

Le acaricio los pocos pelos que quedaban en su casi calva cabeza. Le doy un beso en la frente y le prometo que en unos minutos estaré con el nuevamente.

De repente recuerdo la cámara, se me había quedado en el otro departamento. Bueno tenía que ir a buscarla, no me quedaba otra solución. Supongo que ninguno de los viejos se ira a mover, así que puedo salir sin problemas y volver tranquilamente.

Abro la puerta y asomo la cabeza para ver por el pasillo, nadie. Salgo, camino despacio, y entro al departamento.

La cámara, donde estará.

Recuerdo que la tenía en mis manos cuando me tope con la vieja. Luego la cama, si el velador.

Bueno ahí estaba, creo que podría tomarme un poco de tiempo para terminar de ver la cinta, para salir de la duda de todo lo que había pasado un rato antes.

Retrocedo un poco la cinta y pongo play

- Te invito a que vayamos al dormitorio, te tengo un “tremendo pedazo de sorpresa” –

- Uyyy que rico suena eso –

La mina del sillón.

- Sí, creo que te gustara mucho lo que se viene ahora, muéstrame algo de lo tuyo para dejarlo grabado-

- Supongo que es para tu uso privado-

Solo muevo la cabeza asintiendo. Ella se para del sillón, se acerca a la cámara y empieza a contornearse, y se mueve para todos lados, muy descocada, provocadora y sexy, se notaba que sabía qué hacer.

Se comienza a sacar la ropa, lentamente.

Le invito a que camine hacia el dormitorio y yo la sigo, grabando, todos sus movimientos.

- Alto – le digo- no te muevas de ahí aun. Tengo que revisar la pieza.

- Pero..

- Nada de peros, no puedo dejar que entres a la pieza desordenada…

Claro ahora recuerdo, la dueña del departamento, la sangre en el baño, la cama con sangre, la vieja en la cama, la cama con sangre. Por lo visto no fue buena la idea de ir al dormitorio.

La cámara se mueve más rápido y ella sigue detenida. Riéndose y mirándome.

Entro en la pieza, aun sigo grabando. Pero todo estaba en orden. La cama no estaba hecha, pero no había nada extraño, nada que hiciera pensar que algo malo debió haber pasado.

La cámara se mueve al baño, y nada. Las paredes limpias. No cuerpo, no sangre, no nada.

Ahora sí que estoy más confuso, la dueña, estoy seguro que la mate, recuerdo los gritos y las voces. La vieja definitivamente la mate y la tengo en su departamento acostada al lado de su esposo (creo) y lo más seguro es que también me cocine a la putinga esta. Sigo con la cámara.

- Hey – ella entrando a la pieza

- Te dije que no te movieras de donde estabas-

- Te estabas demorando mucho y como nada escuchaba, entre para ver qué pasaba-

- Nada, no pasa nada, entra y ponte cómoda-

Mientras la sigo grabando, ella se recuesta sobre la cama y empieza a mover sus manos como incitando a que me abalance sobre ella.

La cámara la dejo en el mismo mueble, enfocando directamente a la cama.

Me acerco a ella, y le empiezo a tocar su cuerpo, joven, frágil, delicado, suave…

La toco por todos lados, me estoy dejando llevar por el momento, le acaricio su pecho, su estomago, sus piernas, que suaves que son.

Ella tiene sus ojos cerrados y se deja llevar por las sensaciones. Yo la imito y cierro mis ojos y me dejo llevar por las sensaciones, que a simple vista me tenían trastornado.

Le toco sus muslos, le digo que se de vuelta, y le empiezo a acariciar su espalda, sus nalgas, sus piernas, su cuello, su espalda.

Ahora le comienzo a tocar con ambas manos, todo su estupendo y bien formado trasero, dejo deslizar mis dedos entre medio de sus nalgas. Suave al principio, pero de a poco comienzo a ponerle presión. Mis dedos definitivamente están buscando algo, pero solo ellos lo saben.

Ella me dice que me quite la ropa, no le hago caso. Le sigo presionando todo su culito formadito. Y poco a poco mis dedos se van perdiendo, ella comienza a gemir, delicadamente. Un dedo, y gime un poco, dos dedos y gime mas.

Cuando voy por el tercero ella pega un respingo, y me dice que no siga, que molesta.

No jodas, te pagare por esto le digo.

Ahí va el tercer dedo y ella ya no gime, sino que se le escapa un pequeño grito. Se mueve bruscamente, corre su cuerpo de mi lado. La quedo mirando

- Mal pensado-

- Lo siento no quiero seguir con esto, me incomoda.-

- Ok, no sigamos, disculpa, si quieres te puedes ir-

- Págame lo que me debes y me iré-

- Bueno – la plata la tengo aquí en el velador

Me doy media vuelta, me acerco al velador, haciendo ademan de abrir el cajón, pero agarro la lámpara, y rápidamente la golpeo en la cara. No alcanzo a decir nada la puta, y quedo inconsciente.

- Dinero querías, aquí está tu paga- y la seguí golpeando con el pesado armatoste.

Luego miro a la cámara, me paro de la cama y por lo visto puse stop.

Vuelvo en mí, tratando de recordar que paso de nuevo. Pero nada, mi mente me ha jugado una muy mala pasada.

Respiro rápidamente, entrecortado. Recuerdo al par de viejos en el departamento. Al no tener que hacer nada mas en este departamento, decido que es hora de terminar luego todo. Y salir lo más pronto posible del edificio…

Me voy al departamento de los viejitos. Y directamente al dormitorio. Y mi sorpresa fue mayúscula, cuando solo veo a la anciana tirada. Pero del viejo ni luces.

Que paso, había un viejo acá… en eso estaba pensado cuando siento un pequeño TUC en mi cabeza y todo se fue a negro……

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