viernes, 19 de marzo de 2010

la cabalgata

Sea quien haya sido se fue, estoy realmente de una suerte tremenda.

Me devuelvo al dormitorio, pero me siento un poco cansado, no sé porque, así que me desvió de mi camino y me voy a la cocina, buscando algo para comer. O tomar, porque no?.

De todas maneras me preparo un pan con “algo”, y un vaso de bebida, bebida de dieta para mantener la delgada línea. Tomo el pan con las manos llenas de sangre, no importa, sabe mejor.

Me devuelvo comiendo hacia el dormitorio a terminar lo que estaba haciendo. Extirpar el segundo juego de meniscos de la anciana. Y quizás, nuevamente satisfacer mi hambre sexual con la vieja, porque no?. En una de esas podría hacer un “tour de france”, jaja me rio solo con este pensamiento.

Recordé esa vez que nació esa frase, estábamos con uno de mis compinches y nos estábamos comiendo a una mina…. Pero eso es harina de otro costal.

Me enfoco en terminar luego lo que estaba haciendo, para así poder salir del departamento, y no volver nunca más. Pero el destino estaba pensando lo contrario, ya que tendría que volver más adelante.

Masque nuevamente el “sanguche” y tome un nuevo sorbo de la bebida dietética. Llegue al lado de la cama, y deje el pan y el vaso en el velador, si el mismo de donde saque la lámpara. Como obviamente debía pasar, el velador tenía un poco de muestra sanguínea mezclada con un poco de piel, por lo que el pan se empezó a impregnar de esa “nueva” especie de mermelada.

Bueno a lo mío, después de un par de minutos sostengo en mis manos el preciado tesoro, el cual dejo en el velador, al lado del otro par obtenido hace un momento atrás.

Veo hacia la cama y veo a la pobre vieja tirada encima hecha puré.

./tu madre podría recibir el mismo castigo/.

Oh no, otra vez la voz, pero esta vez no hago nada, o mejor dicho, no intento acallarla, la dejo que se exprese.

./podrías cortar de raíz todos tus miedos y matar a tu madre/.

- Y de pasada a mi hermana, y a mi ex – digo en voz alta

./si, no es mala idea, pero deberías juntarlas, las tres al mismo tiempo, eso sería una real obra de arte y todo un reto/.

Claro que sería una real obra de arte, las 3 agonizando, al mismo tiempo, bajo el mismo cuchillo, y mirándose cada una de ellas, sin poder cerrar los ojos. Y un reto total, juntarlas a las 3 requería un par de negociaciones extra.

Me concentro nuevamente en la anciana, la tomo por el hombro y la cadera y la doy vuelta, toda su espalda llena de sangre, pero sin ningún corte, que desperdicio más grande, creo que demorare un poco más en salir de este departamento.

Nuevamente me quito la bata, y me subo encima de la vieja, justo encima de su trasero. Para ser vieja no tenía una espalda tan deteriorada, me encantan las espaldas lisas, pero bueno a falta de ellas por ahora, me conformare con la que tengo frente a mis ojos. Le acaricio la espalda, con ambas manos, le toco el cuello, los hombros, los brazos, la espalda nuevamente. Me muevo un poco hacia atrás y quedo sentado unos veinte centímetros más abajo. Alcanzo el cuchillo que había dejado encima del colchón. Y se lo entierro directamente en el cuello, lo mantengo presionado hasta que no puedo más, ya que habría llegado al hueso la punta, y lo tomo con las dos manos y los deslizo suavemente hacia abajo, pero manteniendo la presión, siempre rozando las vértebras. Me detengo cuando llego a la altura de la cintura. Luego me voy nuevamente al cuello y le entierro el cuchillo dos centímetros más, a la izquierda, al lado de la primera “incisión” y nuevamente la deslizo hasta la cintura, otra vez me voy al cuello, lo entierro dos centímetros más, a la derecha ahora, de la primera cortada, o sea a cuatro de la última. Y deslizo hacia abajo, ninguno de los 3 cortes ofreció problemas, ya que mucha carne no había, era más bien piel.

Los tres cortes hechos a la señora, nuevamente producen una excitación en mi mente ya obnubilada, por lo que aprovecho la postura en la que me encuentro, y aprovecho de satisfacer mi instinto sexual. Mientras estoy “enterrando” a la vieja, mis manos se van a los cortes, tomo el cuello cortado, y agarro con mucha fuerza el principio de los cortes. Y mientras “cabalgo”, tiro con fuerza, quiero arrancar ambas pistas de carne, o más bien piel, con un poco de carne. Pensé que sería tarea fácil, pero me equivoque, la piel estaba bien pegada en el cuerpo de la viejita, y mientras más tiraba más le hundía el miembro en su trasero. Realmente era una verdadera cabalgata la que estaba haciendo, creo que si hubiese tenido un espejo, hubiese notado como la saliva corría por mi boca.

Las coincidencias de la vida, “acabo” justo cuando puedo sacar ambas lonjas de carne. Que furor.

Nuevamente me voy al baño, una nueva ducha, porque ahora sí que quede sucio, si me viera mi madre, me regañaría.

Salgo de la ducha me visto, busco algún bolso de la ex dueña del departamento, y guardo el par de meniscos y el par de lonjas.

Ahora solo me queda ver que hago con el resto de la anciana. Creo que lo mejor será llevarla a su departamento y dejarla ahí. O quizás mejor…..

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